domingo, 15 de agosto de 2021

LA CALZADA MEDIEVAL DE MENA

 
Cuentan que la Calzada Medieval de Mena tiene sus inicios históricos en la época romana pues parecen ser varios los vestigios encontrados en sus alrededores; por ejemplo, la columna descubierta en Santecilla conocida como El Berrón, grabada en honor de Maximiliano en el año 238 después de Cristo y que se encuentra en el Museo Vasco de Bilbao. Es posible que e
sta antigua calzada pudiera conectar Flaviobriga, actualmente Castro Urdiales, con Pisoraca, en el presente,  Herrera de Pisuerga, atravesando todo el Valle de Mena, pero aunque la calzada no fuera construida por los romanos, lo que sí está claro es que su itinerario fue utilizado por ellos. El Imperio Romano tenía necesidad de contar con vías de comunicación eficientes, que les permitiera compartir con agilidad mercancías y personas —sobre todo legiones en su control del territorio. Luego, a partir del siglo XI esta calzada es utilizada por los peregrinos y peregrinas del Camino de Santiago como, al parecer, ha quedado reflejado en la puerta principal de la iglesia de San Lorenzo de Vallejo de Mena en cuya portada se encuentra esculpido un peregrino. 
La Calzada Medieval de Mena iba en los dos sentidos de marcha y es una antigua ruta por un camino de piedras que sigue el curso de un pequeño río, el Hijuela. La pista tiene tramos de hasta cuatro metros, perfectamente conservados, formados por pequeños adoquines, divididos longitudinalmente por una fila de piedras. También se observan tramos con grandes muros de contención a los lados. En Campillo de Mena, igualmente, se encuentran restos de esta calzada, pero en peor estado de conservación.

Esta vía de Mena se conoce también como Camino Real de las Enderrozas por fluir entre encinas y robles, junto al río Hijuela. En el tramo entre Irús y Arceo encontramos un sendero de piedras ordenadas, que se encuentra en un excelente estado de conservación, entre árboles y una copiosa naturaleza. Este tramo tiene partes de hasta cuatro metros, con piedras situadas longitudinalmente en fila y, en algunos trechos, muros de contención a cada lado del camino. Es una atractivo y ameno paseo, que merece la pena disfrutar. 

La mayor parte de los estudios realizados indican que la tipología de este camino no es romana, sino medieval, a pesar de los vestigios encontrados, como el miliario —hoy desaparecido— del emperador Flavio Valerio Severo, encontrado en Gijano, o dos diferentes en Nava de Ordunte, como el correspondiente al barrio de Tárriba, donde se halló uno relativo al emperador Decio, del año 251 después de Cristo.

Así, el puente de El Romeral, sepultado en la actualidad por las aguas del pantano de Ordunte, y el puente de Las Ahorcadas, que salva el arroyo del Alisal, están considerados como vestigios medievales y no romanos.

La calzada, desde Herrera de Pisuerga cruzaría el valle de Mena entrando por el puerto de El Cabrio, bajando por Laya, Leciñana, Irús, Arceo, Campillo, Burceña, cruzaba el pantano de Ordunte,  —ahora bajo sus aguas— llegaba a Partearroyo, Tarriba, Santecilla, Gijano y El Berrón, donde ya salía a Balmaseda. Continuaba por el puerto de las Muñecas hasta la salida al mar en Castro Urdiales. 

Lo cierto, es que en la Edad Media toda esta ruta se convierte en el Camino Real o Ruta de la Lana, siguiendo posiblemente el trazado de la época romana, de forma que se aseguraba el naciente tráfico comercial entre Castilla y el norte de la península; creándose villas como Balmaseda (1199) o Bilbao (1300) donde sus pobladores poseían privilegios comerciales, fiscales y jurídicos. 







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