Cuentan que en el Camino del Norte, en la pedanía castreña de Islares, «sobreviven en pie» las antiguas piedras del hospital de peregrinos y pobres de la Vera Cruz, datado a principios del siglo XVI, y a pocos metros de la ermita de San Roque. Los restos revelan una construcción en sillarejo y mampostería de dos plantas y varias estancias para albergue y cuidado de los peregrinos y peregrinas, que caminaban hacia Santiago de Compostela. Este refugio jacobeo (ya en 1617) estaba regido por los curas de Islares, los cuales nombraban un mayordomo, encargado de la administración y anotación de los ingresos, gastos y rentas del Hospital de la Vera Cruz; siendo los responsables de rendir cuentas ante el Visitador General del Arzobispado de Burgos, según consta en documentos de la época, donde se mencionan a media docena de comisionados enviados por el Arzobispo de Burgos, entre 1631 y 1661.
El fundador del Hospital de la Vera Cruz de Islares fue Juan Pérez de Çamal Carrança, nacido en Islares y cartujo en Medina de Pomar, usufructuario de cuantiosos bienes, como navíos de pesca y pingües rentas a lo largo de esta franja costera del Cantábrico entre Castro Urdiales e Islares; de hecho tenía como su administrador a Gonzalo de Rozas, mayordomo del monasterio de Santa Clara de Castro Urdiales.
Además, este acaudalado religioso, a su fallecimiento, dejó ordenado en su testamento como heredero principal al Hospital de peregrinos y pobres de la Vera Cruz de San Martín de Islares. Y también, entre otras cosas, la celebración de varias misas rezadas por su alma en la iglesia de San Martín, sobre la sepultura de sus padres, y una cantidad de ducados para dar limosna a los pobres del pueblo: «que a ninguno se le dé menos de cuatro reales».
No hay comentarios:
Publicar un comentario