El Rollo Gótico, como se puede observar en la fotografía, conserva en su base cinco escalones con unas cavidades y ornamentos en su interior. A partir de este fuste descubrimos ocho pequeños pilares góticos, entre los cuales han sido talladas conchas de peregrino, rosetas y cabezas de clavos. En la cúspide hallamos un gran capitel, adornado con unas gárgolas de animales y cabezas de querubines, completando su vértice por un aguja gótica. El Rollo Gótico jurisdiccional de Boadilla del Camino tiene una altura de siete metros y medio y una base de doce y medio.
La historia del Rollo Gótico, símbolo de independencia, se remonta al reinado de Enrique IV, El impotente, apodado así al no lograr tener sucesión legítima; hijo de Juan II y María de Aragón y hermano paterno de Isabel, la cual se proclamó reina a su muerte. En el caso de Boadilla del Camino el privilegio se otorgó en 1467 como reconocimiento por la ayuda prestada a Enrique IV para recuperar el trono; ratificado por los Reyes Católicos en 1482. De esta forma, la localidad palentina erigió el «Rollo» para que todo el mundo conociese que Boadilla del Camino era independiente, sin estar supeditada a señor o señorío.
Muy cerca de Boadilla del Camino, en Itero de la Vega, encontramos un «rollo de justicia», que se remonta a 1529 y que también se puede encontrar en el Camino Francés. Años después, las Cortes de Cádiz abolieron las funciones de los «rollos».
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