La Colegiata de Zenarruza obtuvo su máximo esplendor entre los siglos XVI al XIX, siendo a partir de este último cuando comienza su declive hasta terminar, prácticamente, en ruinas debido al olvido de la Santa Sede y a diferentes incendios; aunque por fortuna la Diputación Foral de Bizkaia decide su restauración en 1980. Una reducida congregación de los monjes cistercienses del Monasterio de Santa María La Real de La Oliva de Carcastillo (Navarra) se hace cargo de la Colegiata de Zenarruza.
El Camino del Norte o de la Costa atraviesa el patio del monasterio entrando, precisamente, bajo el escudo de la puerta oeste donde se recoge la imagen del águila coronada con la calavera en sus garras, que da paso al claustro renacentista de dos pisos; el único existente en Bizkaia, y la iglesia de estilo gótico tardío con su retablo dedicado a la Virgen de Ziortza y, además, su órgano barroco (en funcionamiento) también uno de los más antiguos de España.
Zenarruza cuenta con un albergue de peregrinos y peregrinas de tradición jacobea, es decir de acogida «caritativa», para una veintena de personas, agua caliente y cena comunitaria (la misma que los monjes) y desayuno. Toda esta admisión es gratuita y los monjes solamente solicitan el donativo de la voluntad, que considere cada caminante. Es posible también alojarse en la hospedería de la Colegiata que dispone de 14 habitaciones.
La comunidad de monjes cistercienses invitan a los peregrinos y peregrinas a participar en las liturgias de las oraciones del día, como las Vísperas, y en la «bendición del peregrino» para aquellos que la solicitan.
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