Así, la conversación se inicia siempre, presentándose el demonio como un venerable y simpático anciano dispuesto a ayudar al peregrino o peregrina.
----Se te ve cansado ¿quieres agua peregrino?
----Sí, la necesito...
---Aquí cerca hay una fuente de la que brota un agua fresca y cristalina, pero hay que pagarla.
----No me importa, tengo dinero
Era el momento esperado por el diablo para darse a conocer y ofrecer agua a cambio del alma del caminante, pero, en este caso, el peregrino se negó e intentó encontrar la Fuente Reniega hasta que exhausto se echó en un recodo del camino para abrigarse del abrasador sol, cerrando sus ojos y esperando a la muerte, mientras Lucifer se desvanecía en medio de una nube de azufre.
El peregrino en sus sueños advirtió la presencia de un caballero montado en un caballo blanco, el cual golpeó con su espada la peña sobre la que estaba acostado, de donde brotó un agua fresca y cristalina, que sació la sed del peregrino.
Y la Fuente Reniega ---también llamada Gambellacos--- sigue allí, muy cerca de la cima del alto del Perdón para refrescar a los peregrinos y peregrinas, aunque en realidad, hoy en día está seca la mayor parte del año, y sólo es testigo del paso de los caminantes por el Camino de las Estrellas.
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