El ilustre peregrino y obispo había sido monje y abad del monasterio de San Teofredo, en la región francesa de la Aubernia, hasta que, finalmente, fue ungido obispo de Le-Puy-en-Velay, nombrado conde y, además, uno de los príncipes de Francia. En realidad, se sabe que Godescalco viajó a Santiago porque pasó por el monasterio riojano de San Martín de Albelda, en las cercanías de Nájera, para encargar la copia de un libro que trataba sobre la virginidad de la Virgen María, atribuido a San Ildefonso de Toledo, y que recogería a su regreso de Compostela. El monje encargado de la copia se llamaba Gomesano y fue, precisamente, quien confirmó, en el prólogo de la reproducción, la única referencia existente del paso de la comitiva del obispo por el monasterio de San Martín de Albelda.
Hoy en día, el camino desde Le-Puy-en-Velay, más conocido como la Vía Podiense, sigue atesorando un gran atractivo para muchos peregrinos y peregrinas, sobre todo randonneurs franceses que inician este trayecto para enlazar con el Camino Francés en Saint Jean Pied de Port - Donibane Garazi y atravesar el Pirineo hasta Orreaga Roncesvalles por la Ruta de Napoleon.
Suele ser especialmente emotiva la Misa de las 7 de la mañana en la catedral de Notre-Dame du Puy al finalizar la ceremonia religiosa, cuando el obispo de Le-Puy-en-Velay reúne a los peregrinos alrededor de la imagen de Santiago (en la fotografía de la cabecera), les pregunta su origen, les bendice e invita a recoger, de una bandeja, y llevar a Compostela uno de los mensajes escritos por devotos con súplicas al apóstol.
La Vía Podiense tiene muchos atractivos ya que atraviesa regiones francesas de gran belleza e iglesias románicas muy antiguas como la abadía de Sainte Foy en Conques o la de San Pedro de Moissac; donde es recomendable madrugar un poco y acudir al amanecer para escuchar los cánticos gregorianos de los monjes.
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